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La locomotora minero-energética se mueve en Colombia con pasos de gigante. Más de 70 bloques petroleros fueron entregados en concesión la semana pasada. El fantasma del desabastecimiento parece desaparecer pero el precio de la gasolina no baja. La minería también se mueve. Más de 5000 títulos mineros, algunos de los cuales están asignados en áreas de reserva natural según lo denunció el ministerio del medio ambiente hace algunos meses.

Sin menospreciar los importantes recursos que este sector puede generarle al país en términos de inversiones y de regalías, y porque es fundamental garantizar justamente que el desarrollo minero-energético se traduzca en desarrollo, este blog busca abrir el debate. Pero un debate amplio, que abarque la discusión, ahora en la agenda pública, sobre las regalías y sus destinatarios pero que promueva la reflexión global sobre el modelo de desarrollo que se promueve con la extracción de los recursos naturales, y el análisis detallado y caso por caso de los beneficios y externalidades que realmente trae esta actividad para los habitantes de un territorio.

Se busca entonces debatir sobre la generación, distribución y uso de la renta extractiva en perspectiva comparada con otros países de América Latina, pero también sobre los actores en le territorio, las empresas, el Estado en lo local, las ONG, las organizaciones comunitarias y los actores armados legales e ilegales, entre otros. Del debate sobre el uso de las regalías en Arauca podremos pasar a la discusión sobre el precio de la gasolina en Colombia, el más alto entre los países productores en el continente. Del debate sobre las grandes concesiones mineras y sus consecuencias ambientales -la tradicional explotación de carbón en el Cesar y en la Guajira pero también la explotación de oro a cielo abierto en el Tolima- podremos pasar a la discusión sobre la minería ilegal y sus efectos sobre el río Dagua en el Valle, en el Bajo Cauca o en el Chocó.

Es una invitación a quienes quieran, como yo, que se abra el debate.